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Los nuevos chingones

Actualizado: 1 sept 2023

Qué hay en las historias de estafadores y celebridades frívolas que nos cautivan tanto?


Desde el estafador de Tinder, Inventing Anna, hasta wall street en los 80s, los panama papers, el narco, o la gente más común y corriente…la estafa está profundamente ligada a la riqueza y enraizada en la cultura



La filosofía de un estafador es: ¿por qué hacer más cuando podrías hacer menos para obtener los mismos resultados o incluso mejores resultados?

Por supuesto que esto se vuelve más atractivo que la mentalidad de “trabajar 24/7” de nuestros papás, una generación AGOTADA.

Trabajar duro nunca ha sido menos atractivo.

De hecho, lo más de moda que puedes hacer en este momento es dejar tu trabajo. En EEUU “Casi cuatro millones de trabajadores, equivalentes al 2,7% de toda la fuerza laboral, dejaron sus puestos en abril pasado: la cifra más alta desde que se comenzó a llevar este registro en el año 2000.” (BBC,2021)



Las brechas de desigualdad, la inconformidad con el capitalismo, el desencanto con la ley y la constante búsqueda de felicidad via el bienestar material, han preparado el terreno para que el público tenga simpatía por el estafador: estamos receptivos a las historias que le apuestan al enriquecimiento por vías alternas, por nuestros propios medios.


En 2018, el 53 % de los millennials en EEUU esperaban convertirse en millonarios, aunque la realidad nos muestra que esa generación tiene menos movilidad social que las personas de una edad similar entre 1989 y 2007…entonces ¿Cómo piensan lograrlo?

De aquí se han derivado un montón de nuevos trabajos que si bien no apuntan directamente a la estafa, van por la línea del dinero fácil y rápido: De acuerdo a Google Trends, estas son las búsquedas relacionadas con GANAR DINERO FÁCIL.


Con la hiper exposición a estilos de vida inalcanzables y la máxima de: “el pobre es pobre porque quiere” (declaracion reciente Kim), la desigualdad estructural se ignora para convertirse en un “no has hecho lo suficiente”. Así se refuerza el mito de la meritocracia, propagado por coaches e influencers, que aseguran que cualquiera puede ser millonario siempre y cuando se lo proponga. Entonces, cuando la riqueza se corona como el valor definitorio de la felicidad y el éxito, el medio para lograrlo pasa a segundo término.


“Hacerse rico rápido” es el pan de cada día en redes sociales. El hasthag #Hustle aparece 28,7 millones de veces en Instagram y en Tik Tok tiene 4.3Billones de vistas y se ha propagado como el secreto de la gente exitosa.



Las estafas a gran escala propagadas por el entretenimiento han redefinido la forma en que vemos a los estafadores y se ha creado una especie de culto dentro de la cultura popular: bases de fans, artículos, películas, series , libros y podcasts escritos sobre sus hazañas.


Si sabemos que las acciones son equivocadas e inmorales, pero aún así los colocamos en un pedestal…podemos tener una idea clara de la escala de valores actual.


El dinero se ha convertido en un valor absoluto donde todo es justificable para obtenerlo, no importa si engañas, robas o dañas a otros siempre y cuando rompas con el sistema y seas lo suficientemente inteligente y valiente para lograrlo ¿Dónde queda entonces la integridad y el valor humano?

Estas series distraen más de lo que informan y difumina la realidad y la ficción de una manera preocupante, además de convertir a los estafadores en estrellas. Al final terminan saliéndose con la suya: ganan dinero por sus crímenes y además crean una marca y plataforma, una audiencia que pueden aprovechar para futuras oportunidades.


Tal vez no seamos estafadores pero,

  • ¿Hemos replicado o justificado algo de esto?

  • ¿Qué estamos dispuestos a hacer para tener el estilo de vida que vemos allá afuera?

  • ¿Por qué no somos felices con lo que tenemos?

  • ¿Vivir una realidad alterna pero a qué precio?




Referencias



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